El mundo árabe. Un mundo con reminiscencias de mercado caótico o de aromas exóticos. Un día eterno en el que ocurre todo, un día que no tiene relación con el tiempo. En este mundo la gente vive y se impregna de recuerdos. Un lugar dónde nada es lo que parece y todo lo que puedes encontrarte. He aquí su magia.
Cuando aquel viernes salí del colegio con el afán de encontrar un lugar curioso y especial donde pasar un buen rato con mis amigas no esperaba volver a sentir todo ese esplendor mestizo y apabullante que caracteriza a las tierras árabes.
Entre las callejuelas de Chueca, sin llamar la atención se encuentra el restaurate Al Jaima, donde puedes degustar cuscús, falafel o hummus, a ritmo de música marroquí, recostado en cojines coloridos. Además de la carta, cuentan con un menú degustación que cuesta 16€ con una variedad de platos interesante.
María Diego Gordón
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