Lejos de la oponión personal que podamos tener sobre la autora de la noveala, Lucía Etxebarría, no podemos negar la belleza y la musicalidad de muchos de los pasajes de sus novelas, entre ellas Beatriz y los cuerpos celestes, novela que sirvió a su autora para hacerse con el premio Nadal en 1998.
Aquí os mostramos un parráfo de esta obra, esperamos que lo disfruteis:
"No intentes enterrar el dolor: se extenderá a través de la tierra, bajo tus pies; se filtrará en el agua que hayas de beber y te envenenará la sangre. Las heridas se cierran, pero siempre quedan cicatrices más o menos visibles que volverán a molestar cuando cambie el tiempo, recordándote en la piel su existencia, y con ella el golpe que las originó. Y el recuerdo del golpe afectará a decisiones futuras, creará miedos inútiles y tristezas arrastradas, y tú crecerás como una criatura apagada y cobarde. ¿Para qué intentar huir y dejar atrás la ciudad donde caíste? ¿Por la vana esperanza de que en otro lugar, en un clima más benigno, ya no te dolerán las cicatrices y beberás un agua más limpia? A tu alrededor se alzarán las mismas ruinas de tu vida, porque allá donde vayas llevarás a la ciudad contigo. No hay tierra nueva ni mar nuevo, la vida que has malogrado malograda queda en cualquier parte del mundo."
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Palabras