ÁGORA. LA PELÍCULA

   En el s. IV Egipto está bajo el poder del Imperio Romano. Las violentas revueltas religiosas alcanzan la sagrada biblioteca de Alejandría. Atrapada tras sus muros, la brillante astrónoma Hipatia lucha por salvar la sabiduría del mundo con la ayuda de sus discípulos. Entre ellos, dos que disputan su corazón: Orestes y el joven esclavo Davo.

   Esta es la sinopsis de la película más ambiciosa del director español Alejandro Amenábar, que en su primera semana alcanzó los cinco millones recaudados por éxito en taquilla. Sin embargo, no todo han sido éxitos en su promoción. Estados Unidos no se atrevió a comprar los derechos de autor porque la película era demasiado fuerte  religiosamente hablando y en Italia se han recogido firmas para que pueda ser exhibida en los cines.

   Personalmente, me he sentido defraudada con la película. Y no porque sea mala en sí, sino porque no era lo que me esperaba. Me imaginaba a una joven astrónoma que defendía los derechos de libertad e igualdad para todos y me encontré con una mujer llena de contradicciones. Vio en su esclavo a un chico con valores e inteligencia y, a la vez, los trataba a todos ellos en general como conceptos inferiores a cosas.

   Sin embargo, sí me gustó la figura de su padre, que defendió los derechos de su hija como mujer hasta el final. Además, es interesante aunque vergonzoso poder contemplar una representación de las luchas en nombre de la religión que han asolado gran parte de nuestra historia.

   Se trata, pues, de una película que recomiendo ver para enriquecer nuestro bagaje cultural pero sin esperarnos de ella grandes leyendas.

Lara Álvarez Charro