martes, 17 de noviembre de 2009

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Lo que me extraña hoy en día es que me sigan insistiendo en lo mal que me va a ir en "un futuro próximo" con tantíiiisimo desorden.
Cada mañana, suena una alarma penetrante que me destroza el tímpano.
Me levanto, dejo la cama abierta y las ventanas cerradas, y a veces, sólo a veces, vario el orden de mis tareas.
Cada mañana me asombro al ver la misma cara de siempre, sí, cansada, agobiada.
De vez en cuando parece decir que no entiende nada.
Hay días en los que duermo con la ropa ya puesta, pero cuando no lo hago, poso el pijama suavemente en el suelo, acompañando al que utilicé la noche anterior.
Un bonito panorama, pijamas por el suelo,cama deshecha, ventanas sin abrir desde hace dos días.Pocilga?
Sí, alarmas, muecas y montones de ropa.


Lo imprescindible no es la rutina, no no, la verdadera esencia del día a día es el desorden.
Por lo menos, cada vez que me ahorro vestirme y desayuno tranquilamente, mientras me pregunto por qué tengo que madrugar otro día más, veo que todo está articulado en un relajante orden desordenado.
Posiblemente, esos días sean los mejores de cada mes.
Y sí, con pequeñas cosas así, alguna vez afirmo que me va bastante bien.



Me voy a clase.

Alicia Ginebra de Brox Sáez de la Calzada

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