París” es una palabra con kilos y kilos de ese “no sé qué” que a la mayoría de personas humanas evoca algo parecido: un “algo” ni precisamente feo, ni precisamente no-romántico, no-bohemio o anti-ideal. Ocurre incluso a gente con el peso en los hombros, como yo, de no haberlo pisado nunca jamás. Y no toda fama es en vano. Al menos lo creo, por la parte que toca a esta pequeña invitación que os voy a hacer hoy:
Ahora mismo, gracias a alguna clase de suerte y de acuerdos entre el alto standing de la cultura y el papeleo museístico, una parte de
De noviembre a marzo este museo ha emprendido importantes obras de remodelación. El cierre temporal de algunas salas ha permitido la cesión de parte de sus obras (un total de 90 lienzos). Os estoy hablando, para quien esté un poco pez, sobre una exposición que nos narra la historia de un nuevo modo de entender la realidad y arte, y la pintura en concreto; un lenguaje que revolucionó el panorama artístico, y que dio como resultado el arte tal y como lo conocemos nosotros, allá por el último tercio de aquel lejano siglo XIX: el Impresionismo.
Es la pintura que escoge la naturaleza, escenas de esa vida ya moderna, o en realidad cualquier tema, motivo o…cosa, como una escusa para transmitirnos la impresión, el dibujo creado por la luz del momento y por la pincelada. Es la captación del instante.
Es una oportunidad tan única como breve, ya que estos famosos cuadros volverán a su Francia muy pronto y es la única vez que han venido a nuestra tierra;…y como nos suponemos gente con inquietudes o algo de curiosidad, o al menos gente que lo intenta con mucho ahínco, os animo a acudir a echar un vistazo, porque pinta (bajo mi humilde opinión de aspirante a entendida en Arte) bastante, bastante bien (altas expectativas sólo producen desilusión, pero habrá que darle un voto de confianza).
Los acuchilladores de parquet. Caillebotte.
Por mi parte, a estas horas estaré mañana paseando entre esas paredes llenas de cuadros; por supuesto esto ocurrirá si la suerte está un poquito de nuestra parte (las famosas colas para esta exposición ya están creando leyenda urbana en la ciudad, y esperemos que esta vez las masas y el bombo mediático lleven la razón y la exposición merezca la pena).
La gare Saint-Lazarte, Monet.
El Pífano, Manet
Si no te consideras una experta, friki, amante, aficionada o curiosa del Arte, decirte para animarte que, por supuesto, además de un soplo de aire fresco fuera del cole, un poco de culturilla sobre nuestra Historia reciente nunca, nunca viene mal. Y quién sabe si descubrirás, o no, entre esas pinceladas sueltas y cargadas de luz algo más que un cuadro: porque el Impresionismo, como cualquier arte, ha nacido para ser mirado, y por eso capaz de inspirar siempre algo. Un algo tan variado como el número de personas existidas y por haber.
P. D.:
* Si os la perdéis y aun así queréis ver algo de Impresionismo fuera de esta exposición tan puntera, la Colección Thyssen tiene cositas también, así como la Casa Sorolla
* Para más información os dejo en manos de la fundación Mapfre, que sabrá más que yo sobre estas aventuras de museos
Inma Gimena García
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